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Meditación Zen

Shodo, el arte de la caligrafía japonesa


Según una teoría del Zen, el vuelo rápido del pincel sobre el papel durante el shodo, evoca el desenvaine instantáneo del sable en el Iaido, o la salida de la flecha (Hanare) en el Kyudo. Se dice que es la serenidad interior la que debe guiar el pincel y este, en efecto, traduce el inconsciente más profundo. Es el mismo principio que debe guiar el pincel del pintor de Sumi-e (pintura con tinta china), pues en el espíritu de oriente no puedo haber separación entre los actos, ya que se les considera brotes de la misma fuente, el espíritu del hombre.

El Shodo o Bokuseki, el camino de la escritura, es considerada como una de las siete artes marciales japonesas tradicionales, ya que exige una profunda concentración, precisión, rapidez y por sobre todo la coordinación de cuerpo, mente y espíritu. Incluso todo serio practicante de un Budo (arte marcial) en Japón, debe ejercitarse en trazar al pincel poemas o frases con el fin de disciplinar a la vez su espíritu, su visión y estabilidad del cuerpo en el Shodo, caligrafía japonesa.

Un experto en artes marciales debe ser entonces un buen poeta y un excelente calígrafo. Tanto para lanzar un preciso golpe directo, como para desplazar la pluma de manera correcta, se debe lograr una gran coordinación entre mente, cuerpo y espíritu y, por lo tanto, llegar al instante de meditación eficaz.